17 mayo 2008

KINESIOLOGÍA / TERAPIA OCUPACIONAL

Usan el botox para tratar la espasticidad

“La incapacidad de desempeñar roles sociales significativos, debido a un cuadro de espasticidad, afecta la calidad de vida de una persona, y es ahí donde toma fundamental importancia el proceso de rehabilitación motora”, dijo la licenciada Lorena Degue, terapista ocupacional de la Clínica de Espasticidad del FLENI.
En realidad, se trata de un desorden motor caracterizado por un aumento exagerado en los reflejos de estiramiento que se traduce en una resistencia muscular. Su origen puede estar en lesiones ocurridas en el sistema nervioso central, a nivel cerebral o medular.
Este cuadro puede implicar sólo una molestia o puede provocar un grado de discapacidad que interfiere en la destreza y habilidad de la persona para realizar sus actividades y le impide desenvolverse en forma independiente en tareas básicas tales como vestirse y alimentarse y en tareas más complejas como manejarse en la vía pública y/o trabajar.
El objetivo de un plan de rehabilitación es el de disminuir el impacto que provoca, facilitando la restauración de la capacidad funcional del paciente para que pueda involucrarse eficazmente en sus ocupaciones.

El proceso

El abordaje de terapia ocupacional y kinesiología juegan un rol muy importante en el proceso de rehabilitación de estos pacientes. Una vez que se han agotado los recursos terapéuticos (como terapias convencionales, equipamiento, adecuado posicionamiento y medicación oral, entre otros) y estos no han sido efectivos, se suele recurrir al botox como alternativa terapéutica, aunque hay profesionales que no avalan tan firmemente esta opción. Se diferencian tres etapas durante el tratamiento con este medicamento:
1. Antes de la toxina: el desempeño ocupacional, que involucra la capacidad de elegir, organizar y desarrollar de forma satisfactoria actividades significativas, es el objetivo principal de evaluación y tratamiento desde la perspectiva de terapia ocupacional: “Es por ello que la evaluación inicial debe estar orientada a indagar acerca de cuáles son los roles ocupacionales del paciente, sus intereses y actividades significativas”, explicó la especialista.
En esta etapa, es clave la participación activa del paciente y/o la familia, a fin de delimitar cuáles son las actividades que el paciente prioriza mejorar en su tratamiento. Si la presencia de espasticidad provoca limitaciones en el desempeño ocupacional del paciente, se decide la aplicación de botox y, en forma conjunta, se plantean los objetivos finales del tratamiento, que varían en relación al nivel de espasticidad.
2. La aplicación: el día de la aplicación de la toxina el especialista evalúa en conjunto con el médico el impacto que causa la afección en el desempeño ocupacional del paciente. Esta información se obtiene en función de los intereses planteados por la persona en la etapa inicial y a la funcionalidad objetivada mediante las evaluaciones. De esta manera en forma conjunta se seleccionan los músculos a ser tratados.
3. Post aplicación: luego de las 72 horas de realizada la aplicación se debe complementar el tratamiento mediante terapia física y terapia ocupacional, que está orientada a perseguir los objetivos planteados en una primera instancia por el paciente.
Considerando que el control motor surge de la interacción entre el individuo, la tarea y el ambiente es clave para el paciente trabajar en contexto real y con actividades concretas para facilitar la reeducación motora de los músculos tratados.
“A lo largo de todo el proceso de evaluación y tratamiento contamos con diferentes herramientas tales como: la confección del equipamiento específico para el paciente con el fin de mantener rangos articulares, corregir deformidades y facilitar la función. Es importante también educar al paciente, familia y cuidadores acerca de la importancia del uso de los mismos, tiempo de uso y modalidad” concluyó la especialista Dengue.


Más información
Carla Perego / carla.perego@bm.com

15 mayo 2008

El apoyo psicológico es básico en el
tratamiento de psoriasis y vitiligo

Además de la picazón, las lesiones visibles suelen ser estigmatizantes. Por esa razón es muy importante tratar la cuestión desde diversos ángulos haciendo hincapié en la contención, pero también en la modificación de determinados hábitos que contribuyen a mejorar la sintomatología.

"Cuando comienza el frío, por un lado me siento feliz. Sé muy bien que me esperan largos meses en los cuales la vestimenta me permite taparme más evitando que las marcas se vean. Igualmente eso tiene su lado negativo también: como el sol ayuda a atenuar el color de las costritas, como yo las llamo, al no tener exposición solar se ponen peor y tengo que estar siempre poniéndome crema, yendo al médico o tomando fármacos", comentó un paciente al ser consultado sobre las sensaciones que experimenta diariamente al padecer psoriasis.
Si bien cada caso es particular y hay muchos factores que influyen en la forma de llevar adelante una determinada afección, ya sea que se trate de psoriasis (patología crónica con un alto componente hereditario cuyas lesiones cutáneas se hacen visible al atravesar el paciente un período de estrés o nervios), vitiligo (afección caracterizada por la aparición de parches blancos como consecuencia de la pérdida de pigmentación) o eczema (enfermedad dermatológica en la cual se presentan lesiones inflamatorias) lo cierto es que muchas veces la mirada del otro provoca condicionamientos e impone conductas.

Avances

Según el doctor Javier Ubogui, codirector de Psoriahue, centro médico dedicado al tratamiento integral de la Psoriasis, el Vitiligo y el Eczema, "las enfermedades crónicas de la piel tienen un alto impacto sobre la calidad de vida de los pacientes. Por esa razón, al abordar terapéuticamente al paciente deben considerarse diferentes aspectos que puedan estar vinculados a la evolución -ya sean desencadenantes o agravantes- o que puedan ser consecuencia de la propia enfermedad. Ahí entran a jugar las limitaciones, las inhibiciones, los retraimientos, la vergüenza y la angustia, entre otras emociones".
Actualmente el abordaje de las afecciones crónicas de la piel es variado y completo. El primer paso consiste en la visita y el control médico que permitirá conocer la situación de cada paciente para poder poner en marcha diferentes pautas entre las que se cuentan, por ejemplo, el cambio de los hábitos alimentarios, la realización de terapia psicológica, la aplicación de productos tópicos para el cuidado de la piel y la administración de medicamentos en los casos en que sea necesario. La fototerapia también es una parte importante del tratamiento.
"Esta herramienta consiste en la utilización médica de fracciones de luz ultravioleta a fin de obtener acciones terapéuticas específicas pero cabe señalar que las sesiones deben ser realizadas con seguimiento médico. El nuestra área de fototerapia contamos con equipos de variada gama para diferentes indicaciones, siendo el único centro especializado en la Argentina que cumple con este requisito, por lo que el médico tratante cuenta con una herramienta específica para cada necesidad sin tener que limitar la adaptación del tratamiento a la del equipo disponible", se enorgulleció el doctor Ubogui.

La detección

Debido a la gran cantidad de responsabilidades que tienen los padres, aunque también a las muchas afecciones y complicaciones a las cuales los chicos están expuestos, a menudo la atención dermatológica puede quedar relegada a un segundo o tercer plano.
Al ser consultado sobre este aspecto del problema, el doctor Ubogui consignó que "la prevención con respecto a la piel siempre está ligada a una buena educación e información por parte del dermatólogo a los pacientes. Con respecto a los chicos, el contacto con el pediatra determinará el momento de una adecuada consulta al dermatólogo, pues si el niño presenta lesiones en la piel se debe consultar al especialista en Dermatología Pediátrica sin dejar pasar el tiempo".
Más allá de tratar las marcas o los síntomas puntuales, hay determinadas 'ayudas' que contribuyen a que el paciente pueda tener una mejor calidad de vida.
Una de ellas es la terapia termal siendo el más reconocido centro el ubicado en Río Hondo en la provincia de Santiago del Estero; otra la realización de tratamientos con productos mineralizados y finalmente la utilización de maquillajes especialmente elaborados que permiten cubrir las manifestaciones hasta el momento en que los tratamientos tradicionales comienzan a hacer efecto.

Más información:
- Sociedad Argentina de Dermatología (SAD): http://www.sad.org.ar
- Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO): http://www.aepso.org

14 mayo 2008

ODONTOLOGÍA

Caries y embarazo: la importancia
del control y la prevención

Durante la gestación se producen grandes cambios en la mujer a todos los niveles: en el aspecto físico, en el químico y en el psicológico. Esto hace que la cavidad bucal de la embarazada sea más susceptible a padecer gingivitis y caries.

Las caries son la enfermedad que afecta con más frecuencia a la cavidad bucal, por lo que constituye uno de los problemas más estudiados por los especialistas en Odontología. Sin embargo, durante el embarazo son una dolencia común.
Su incidencia causa desde incomodidad en los estadios iniciales, hasta mutilaciones con serias consecuencias psicológicas y estéticas, en función de las pérdidas dentales, en los casos más avanzados. ¿Qué hacer ante esta situación? La prevención todavía es la palabra clave.
Una vez instalada la caries, el recurso es tratarla. Entonces, resulta fundamental hallar un buen dentista, quien establecerá una recuperación del diente afectado, además de proveer las orientaciones necesarias sobre otro problema que puede ocurrir durante el embarazo, que es el sangrado gingival.
Hasta hace poco tiempo, el cirujano dentista limitaba su acción a la restauración de los dientes dañados; sin embargo, se ha comprobado que esto no es suficiente.
Las mujeres que tenían sonrisas saludables antes pueden notar que se le hinchan las encías o se inflaman o sangran durante el embarazo. Esta condición, llamada en ocasiones “gingivitis del embarazo”, es resultado del cambio de los niveles de las hormonas.

El escenario

Varios estudios revelan que las madres son fuentes de bacterias cariogénicas para los niños, pudiendo ser consideradas responsables por la contaminación e infección de los hijos. Todo eso sumado a hábitos perjudiciales, a un medio bucal favorable a las lesiones, se puede convertir en una “ventana” a las infecciones. Por lo tanto, prevención siempre será a palabra clave para las caries, al igual que para la salud de un modo general. “Es necesario evitar siempre la ventana de infección pues así se interrumpe un ciclo, lo que favorece a los niños y promueve la salud bucal de las madres”, advierten los especialistas
Para evitar las caries, el odontólogo provee algunas directivas básicas pero primordiales, incluso para cualquier persona, referidas al refuerzo de la higiene bucal y la dieta alimenticia, al igual que respecto a los cuidados necesarios para que las embarazadas no sean un elemento de transmisión de caries a su hijo. Esto porque la caries, antes que nada, es una enfermedad infectocontagiosa.
Es importante un aporte adecuado de vitaminas como la vitamina A y la vitamina D y minerales como calcio y fósforo cuyo aporte esencial para la formación de los huesos y los dientes del futuro bebé.

Control


Los profesionales sostienen la importancia del control individual y clínico en la lucha contra las caries. Explican que para evitar ese problema se debe hacer un control individual. O sea, la higienización, que tiene como objetivo el control de la placa, que puede ser eliminada mediante un cepillado correcto y el uso de hilo dental, pudiendo también asociar buches con los productos disponibles en el mercado. Por otro lado, insisten en la disminución de la frecuencia del uso de azúcar.
En relación con el control clínico, una odontóloga informó que, normalmente, el profesional usa los recursos de profilaxis con la adopción de flúor, el refuerzo de un programa de prevención y seguimiento constante, por si llega a presentarse algún problema.
En otro plano, cabe destacar que la lactancia no aumenta el riesgo de caries de los niños que están aprendiendo a caminar, según asegura una investigación reciente.

Cuidados del futuro bebé


Durante mucho tiempo, la atención y la asistencia odontológica y preventiva para niños, se iniciaba a los 3 años de edad. Según estudios más recientes, la primera visita al dentista debería ocurrir alrededor de los 12 meses de edad.
Varias investigaciones realizadas demostraron que ya durante el primer año de vida del bebé, existe la presencia de hábitos inadecuados como, por ejemplo, la ausencia de procedimientos de higiene bucal (68,66 por ciento) y el amamantamiento nocturno en el pecho y/o biberón (86,57 por ciento).
Varios estudios comprobaron que casi el 6 por ciento de los bebés poseían una alta frecuencia en el consumo de azúcar; 33 por ciento fueron contaminados por las madres a través de la saliva y cerca del 13 por ciento presentaron caries durante el primer año de vida. Esto refuerza aún más la importancia de la prevención de la salud bucal.
La prevención de la enfermedad caries en bebés se inicia con la educación de los padres. Muchos de ellos -generalmente- no tienen acceso a las informaciones para orientarlos con relación a la salud bucal de sus hijos, excepto a través de las conversaciones con dentistas.
Otros, sin embargo, no son concientes de la necesidad del cuidado temprano de los dientes, pues se ha observado que la mayoría de los niños ni siquiera han sido examinados por un dentista antes de alcanzar la edad escolar, cuando el examen dental es realizado.
La visita temprana, además de establecer una relación amigable con la introducción de los cuidados de la salud bucal de niños y padres, establece decisiones críticas y fundamentales respecto de los patrones alimenticios, complementación de flúor y programa de higiene bucal.

Sin caries

Lo ideal es comenzar el embarazo con una boca sana, sin caries ni otros problemas como gingivitis, sarro, flemones, etc. ya que estas patologías no sólo afectan a la salud de la madre, sino también a la del hijo.
Es aconsejable realizar visitas periódicas al dentista, que podrá efectuar los tratamientos oportunos y detectar y prevenir cualquier alteración para que la salud bucal sea la óptima. Si no se ha acudido antes, las revisiones dentales pueden hacerse sin problema durante el embarazo. Pueden realizarse algunas intervenciones odontológicas ya que existen ciertos fármacos y anestésicos que pueden usarse durante el embarazo.
El trabajo de un equipo multidisciplinario es fundamental para la prevención: el obstetra y el pediatra deberían proveer la información básica con relación a los hábitos de higiene bucal, dieta, succión y la época en que debe ser llevado al dentista, pues raramente el niño visita al odontólogo durante el primer año de vida, a no ser por traumatismo y enfermedades de la boca.
El embarazo es una fase ideal para el establecimiento de buenos hábitos, pues la embarazada se muestra psicológicamente receptiva para adquirir nuevos conocimientos y cambiar conductas que probablemente tendrán influencia en el desarrollo de la salud del bebé.
Además, la participación de los docentes es muy importante, pues la frecuencia de niños en tierna edad, en las escuelas, se ha transformado en un hecho común.
De esta manera, ellos actuarían como importantes auxiliares en los métodos de prevención y, después de recibir la orientación adecuada, promoverían la educación de los padres para la salud bucal de sus hijos.
La prevención de la manifestación de la enfermedad caries debe hacerse lo más tempranamente posible, comenzando por el período de gestación, a través del uso de métodos educativos y preventivos.